Sin voz, ¿qué queda?
Sólo esta vista que tirita
en una esquina de luz fluorescente,
más allá del cristal del cielo encapotado
de esta vocal cuadrada.
Tengo la enfermedad del borde.
Destapo tejados
a horas innombrables.
Cronología de la apertura o el deshielo del miedo
4 comentarios:
me ha encantado eso de las sabanas..
borderline? la enfermedad del borde? o de uno que se enfada mucho?
bromas fuera, bonito poema
María, me suena mucho esta foto, como mía, de cuando estuve en Bilbao (mayo2007) y entramos en el Guggenheim con Mai y Rebe... ¿es de ahí?
Las letras rojas, el desgarro.
El abrazo.
qué bello. a veces me canso de las angustias gramático-literarias, entonces leo algo así y me acuerdo de todas esas otras angustias que se cobijan debajo de la forma. ojalá la enfermedad de los bordes fuera contagiosa. tienes el don de la brevedad.
Margarita
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